domingo, 1 de marzo de 2009

AUTISMO Y SEXUALIDAD

¿Qué pasa con las sensaciones de los niños autistas?, ¿qué pasa con el desarrollo sexual como tal que tienen estos niños?
Muchas investigaciones muestran que este desarrollo es totalmente normal, con la excepción que cuando tienen algún tipo de deseo no les importa dónde están ni quien los está viendo, precisamente por lo que se había comentado.

Entre ellos se pueden buscar para tocarse, para sentir nada mas, que sí pueden llegar a una excitación, y no necesariamente por estar siendo estimulados por una mujer bonita o un hombre guapo, o por ver a otra persona desnuda, etc. pero si un rayo de luz en movimiento, una textura específica, el tocarse mutuamente, tocar el pelo, un abrazo o un acercamiento, generando en ellos un conflicto de sensaciones placenteras que los llevarían a una excitación.

También por supuesto existe la demostración de esta excitación porque se autoestimulan, se masturban, sudan, tienen erecciones etc...

¿Qué pasa con estas sensaciones, con sus pensamientos?
Tal vez un poco angustiosos o ¿la angustia es de quien está a su lado?, ¿qué pasa con sus deseos, dónde están enfocados, qué pasa con todo esto, cómo desde un punto de vista terapéutico se podría ayudar a canalizar...?

Podríamos estar hablando de una desorganización pero también es un posible dolor, pues los límites sociales existen y normalmente en el momento en que se percibe esta situación o la persona que lo ve, va a gritar un ¡NO! con un tono exagerado.
Para muchos la sexualidad es un Tabú y creen que este tipo de personas no deben, no pueden sentir y como vemos no es así, ellos sienten y de una manera que impide tener control de sí mismos…
Algo tiene que quedar muy claro, en el Autismo como en cualquier TGD la sexualidad (fisiológica) se desarrolla de manera normal, por lo cual tenemos que estar preparados para saber qué hacer. Hay que tener la capacidad y la sensibilidad para dar una información asertiva a los padres, real, sobre el desarrollo sexual de sus hijos y los probables cambios que vayan teniendo; enseñarlos a manejar estas situaciones, y el poder saber que el niño y la niña autista deben tener la oportunidad de vivir su privacidad en un lugar como un cuarto para él o compartiéndolo con un hermano pero fuera del cuarto de sus padres.
Sabemos de antemano las repercusiones psicológicas que tiene para cualquier persona convivir en un mismo cuarto con sus padres, desde el intervenir en la vida sexual de pareja como el de no tener un lugar propio para desarrollarse; la masturbación es parte del desarrollo normal de cualquier persona incluso como un instrumento de conocimiento de su propio ser para posteriormente interrelacionarse.

En el autismo hay una carencia grande en esta habilidad y probablemente cuando sea adulto seguirá mostrando estas conductas masturbatorias.
El desarrollo de la sexualidad conlleva una serie de etapas, tanto a nivel de necesidades como de frecuencia, intensidad, objeto hacia el que se dirige y otros cuantos factores. Si tenemos en cuenta el punto de partida desde el que las relaciones interpersonales son bastante difíciles por no decir casi inaccesibles de forma natural para el niño autista. Tenemos que observar la auto-sexualidad como uno de los caminos más serios para el desarrollo sexual de nuestro hijo, una vez seguida esta conducta auto-sexual de tal manera que sea satisfactoria tanto para el sujeto como para el contexto, es decir: que se masturbe en lugares privados, sin daños personales y cualquier otra circunstancia que pueda dañar el desarrollo de una sexualidad correcta.

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